Son tiempos complejos. El Covid-19 ha sacado a relucir no sólo la fragilidad física de nuestros cuerpos, sumado a eso ha dejado al descubierto nuestra precariedad social y económica, destapando la alfombra del exitismo que tan bien nos cubría y cobijaba. Junto a esto, también nos muestra la labilidad de nuestra estabilidad psicológica, frente a tiempos de miedo e incertidumbre, tanto reales como imaginarios.
De acuerdo al documento Salud Mental en Tiempos de Pandemia de la Universidad de Chile, la situación de confinamiento a la que nos hemos visto obligados, genera en la población tanto adulta como en niños/as y adolescentes, diversas manifestaciones en distintas dimensiones, como es “miedo, ansiedad, rabia, angustia, nerviosismo, insomnio, irritabilidad, falta de concentración, confusión, pérdida de los refuerzos habituales, negacionismo, agresividad”(Salud Mental en Tiempos de Pandemia, U.de Chile 2020, pág.4), como efectos normales frente a la complejidad de las medidas entabladas, pero que si son extensas en el tiempo pueden desembocar en algún tipo de trastorno.
Es frente a estas situaciones a las cuales también debemos poner atención, ya que la salud no sólo representa el cuidado físico, sino que frente al malestar psicológico también debemos consultar a un especialista. Seguir recomendaciones en este difícil periodo es fundamental, para no caer en el estrés de la monotonía y la angustia que significa vivir el distanciamiento social y la cuarentena.