Salud Mental + Inteligencia Artificial

La crianza en la era de la inteligencia artificial

Modelos de Crianza: Historia, Fundamentos y el Rol de la Inteligencia Artificial en el Apoyo Parental

La crianza infantil representa uno de los mayores desafíos para padres y cuidadores, influyendo significativamente en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. A lo largo de la historia, los enfoques sobre crianza han evolucionado considerablemente, transitando desde modelos autoritarios hacia aproximaciones centradas en el respeto y desarrollo integral. La evidencia científica actual respalda firmemente los estilos parentales que combinan afecto, comunicación y límites claros, mientras que la inteligencia artificial emerge como un aliado valioso, ofreciendo herramientas que facilitan la organización, el aprendizaje y el apoyo emocional. Soluciones como mypsi i.a. (MIA) representan un avance significativo al democratizar el acceso a recursos de salud mental y bienestar, proporcionando asistencia personalizada las 24 horas y complementando el trabajo de profesionales especializados.

Historia de los estudios sobre crianza

Los estudios científicos sobre la crianza no son tan recientes como podríamos pensar. El interés científico por comprender cómo los padres crían a sus hijos se remonta al siglo XIX, cuando investigadores como Sears comenzaron a estudiar en 1899 cómo las actitudes de las madres influían en sus hijos, con un enfoque particular en el castigo como práctica parental[1]. Esta aproximación inicial sentó las bases para una comprensión más profunda de las dinámicas familiares y su impacto en el desarrollo infantil, aunque estaba aún lejos de la complejidad que alcanzarían estos estudios posteriormente.

Décadas más tarde, en los años 30, Gertrude Laws amplió estos estudios para incluir variables afectivas además del castigo, reconociendo que la crianza involucra mucho más que solo métodos disciplinarios[1]. Durante esta misma época surgieron los primeros instrumentos para evaluar las actitudes parentales, comenzando con Stogdill, quien en 1936 desarrolló herramientas para medir las actitudes de los padres y sus consecuencias en el desarrollo infantil. Estos primeros esfuerzos por sistematizar y cuantificar aspectos de la crianza representaron un avance metodológico significativo en el campo.

Un progreso notable ocurrió en los años 40, cuando el Fels Research Institute distinguió entre los aspectos afectivos de la parentalidad, las variables relacionadas con la dependencia, y aquellas que definían cómo los padres ejercían la disciplina[1]. Paralelamente, Hellen Witmer en el Smith College exploró el efecto directo y mediador de la figura paterna en el desarrollo infantil, ampliando la perspectiva que hasta entonces se había centrado predominantemente en la madre. Estos estudios comenzaron a revelar la complejidad multidimensional de la crianza y sus efectos.

La década de los 50 trajo consigo una de las teorías más influyentes en la comprensión del vínculo entre padres e hijos: la Teoría del Apego de Bowlby, que otorgó un peso aún más relevante a las conductas parentales, especialmente las vinculares[1][2]. Esta teoría revolucionaria enfatizó cómo la representación interna que el niño tiene del mundo se forma a partir del vínculo inicial con sus figuras de referencia, estableciendo patrones que influyen en sus relaciones futuras. La contribución de Bowlby transformó profundamente nuestra comprensión de la importancia de los primeros años en el desarrollo emocional humano.

Sin embargo, no fue hasta los años 60 y 70 cuando Diana Baumrind desarrolló uno de los modelos más influyentes sobre estilos parentales, categorizándolos inicialmente en tres tipos: autoritario, permisivo y democrático[3][4]. Su trabajo pionero estableció un paradigma que continúa siendo fundamental en la investigación sobre crianza hasta nuestros días, demostrando empíricamente las conexiones entre los diferentes estilos parentales y los resultados en el desarrollo infantil.

Fundamentos conceptuales de los modelos de crianza

Definición y socialización en la crianza

La crianza se define formalmente como el conjunto de actitudes y comportamientos de padres y madres hacia los hijos e hijas, involucrándose en el desarrollo del niño/a mediante la experimentación de bienestar subjetivo, actitudes y expectativas sobre su desarrollo[5]. Este proceso no ocurre en un vacío social, sino que está profundamente influenciado por factores históricos, culturales, económicos y sociales que moldean las prácticas parentales en cada época y contexto específico.

La psicóloga Erica Burman plantea que las teorías psicológicas clásicas como la psicología del desarrollo o la teoría del apego, al conceptualizar la crianza, lo hacen concibiendo únicamente desde la relación dual madre-niño/a, de manera aislada del contexto social más amplio[6]. Esta visión familiarista limita nuestra comprensión al desconsiderar cómo el sistema socio-histórico influye fundamentalmente en la configuración intersubjetiva del lazo familiar, reduciendo lo social a parámetros meramente interpersonales.

La socialización representa un aspecto central de la crianza, siendo el proceso mediante el cual los padres transmiten normas, valores y comportamientos a sus hijos. La familia, como primera institución socializadora, juega un papel fundamental en este proceso, utilizando patrones o estilos de crianza específicos que varían culturalmente[5]. A través de la socialización, los niños aprenden a relacionarse con el mundo que les rodea y a desarrollar su identidad, integrándose progresivamente en el entramado social más amplio que los rodea.

Es importante destacar que las prácticas de crianza son asimismo prácticas sociales que se replican en el tiempo y que, en determinados contextos, pueden validar dinámicas problemáticas como una cultura de la violencia hacia los niños y adolescentes[6]. Este reconocimiento nos permite comprender que la crianza no puede pensarse desconsiderando la historia de un adulto, pues la historia es lo que nos constituye como sujetos, moldeando nuestra identidad y manera de relacionarnos con el mundo y con nosotros mismos.

Teoría del Apego y su influencia contemporánea

La Teoría del Apego formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth sobre el vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo constituye uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el campo del desarrollo socio-emocional[2]. Lejos de debilitarse con el paso del tiempo, esta teoría se ha visto afianzada y enriquecida por una gran cantidad de investigaciones que la han convertido en una de las principales áreas de investigación evolutiva.

Existe evidencia de que características como el bajo peso al nacer, la prematuridad y ciertas enfermedades del recién nacido exigen más cuidados y pueden influir en la formación del vínculo de apego[2]. La función reflexiva parental, estrechamente relacionada con la teoría del apego, se ha enriquecido con los avances de la neurobiología interpersonal, proporcionando nuevas perspectivas sobre cómo los padres pueden responder sensiblemente a las necesidades de sus hijos.

La investigación actual sobre crianza reflexiva se concentra principalmente en Norteamérica y Europa, mientras que en Colombia y Latinoamérica el avance es incipiente aunque prometedor[7]. Los estudios muestran mayor incidencia en el contexto clínico, identificando como principales campos de aplicación la neuropsicología, psicología clínica, psicoeducación y psicoterapia, incluida la actividad grupal, demostrando la versatilidad y aplicabilidad de estos conceptos en diversos ámbitos.

Los estilos parentales según el modelo de Diana Baumrind

Caracterización y efectos de los diferentes estilos

Uno de los modelos explicativos más destacables y pioneros en el ámbito de los Estilos Educativos Parentales es el de Diana Baumrind, quien se centró en el estudio de la autoridad en las relaciones padres-hijos[8]. Su trabajo representa un punto de referencia fundamental en el campo del apoyo y control parental, la autonomía y el desarrollo de la infancia, estableciendo categorías que permiten comprender los diferentes enfoques de crianza y sus consecuencias.

De la combinación de las variables control, afecto y comunicación, Baumrind distingue tres Estilos Educativos Parentales mediante los que los progenitores controlan la conducta de sus hijos/as[8]. El estilo permisivo se caracteriza por padres que muestran afecto y comunicación, pero escaso control en cuanto al establecimiento de normas y dificultades para establecer límites. Si bien proporcionan gran autonomía al hijo/a, son poco exigentes en cuanto a las expectativas de madurez y responsabilidad en la ejecución de las tareas, lo que puede generar confusión en los/as niños/as que no llegan a comprender cuando es apropiado comportarse de un modo u otro[4].

El estilo autoritario se caracteriza por bajos niveles de comunicación y afecto, y altos niveles de control y exigencias de madurez. Los padres autoritarios tratan de influir, controlar y evaluar el comportamiento y actitudes de sus hijos siguiendo patrones rígidos previamente establecidos[8]. Utilizan frases como «Tienes que hacerlo porque yo lo digo» o «Si no me obedeces, te quedarás sin jugar», y no suelen explicar las razones detrás de sus decisiones ni entablar diálogo con los niños, limitando así el desarrollo de su autonomía y pensamiento crítico[4].

El estilo democrático o autoritativo se caracteriza por la comunicación bidireccional y el afecto. Los padres democráticos tienden a dirigir la actividad del niño a través del razonamiento y la negociación de forma racional[8]. Parten de una aceptación de los derechos y deberes como padres, así como de los derechos y deberes de los niños, lo que Baumrind consideraba como una «reciprocidad jerárquica» donde cada sujeto tiene derechos y responsabilidades con respecto al otro. Este estilo promueve un desarrollo más equilibrado y saludable.

Posteriormente, los investigadores Maccoby y Martin ampliaron esta clasificación añadiendo un cuarto estilo: el negligente, caracterizado por la falta de implicación emocional y la ausencia de normas y límites[3]. Los padres negligentes muestran escaso compromiso con su rol parental y no responden adecuadamente a las necesidades de sus hijos, lo que puede tener consecuencias muy negativas en su desarrollo psicológico y emocional.

Implicaciones en el desarrollo infantil

Las investigaciones han demostrado consistentemente que el estilo parental democrático es el más óptimo para el desarrollo emocional en la infancia[4]. Los niños/as criados por padres que utilizan este estilo tienden a mostrar mayor autoestima, mejor rendimiento académico, mayor autonomía y mejores habilidades sociales, creando una base sólida para su futuro desarrollo como adultos.

Diana Baumrind estudió cómo los estilos de crianza influyen en la forma de ser de los niños/as mediante un seguimiento a más de 100 familias de clase media desde la edad preescolar hasta el final de la adolescencia[3]. A través de sus investigaciones, se dio cuenta de que los niños/as en edad preescolar ya mostraban comportamientos muy diferentes que estaban relacionados con el tipo de crianza que recibían, estableciendo una relación estrecha entre el estilo de crianza y el comportamiento infantil.

La forma en que se relacionan los distintos tipos de padres, madres y cuidadores con sus hijos e hijas ha ido cambiando a lo largo de la historia, pues la forma de educar está determinada por factores culturales que evolucionan con el tiempo[4]. Ser padres es una tarea en permanente transformación, producto de cambios temporales, histórico-sociales y evolutivos a medida que cambia la edad de los padres y de los hijos/as, reflejando la naturaleza dinámica y contextual de la crianza.

Enfoques contemporáneos en la crianza

Parentalidad positiva y programas basados en evidencia

La parentalidad positiva se refiere a un enfoque de crianza que promueve el desarrollo integral de los niños/as y el manejo de conductas constructivas y no dañinas[9]. Se basa fundamentalmente en el fomento de buenas relaciones al interior de la familia y en el uso de estrategias positivas que favorezcan el desarrollo infantil. Este tipo de crianza se distingue de formas extremas como la autoritaria, que sólo fija límites sin atender necesidades emocionales, o la permisiva, que carece de límites claros.

Triple P (Programa de Parentalidad Positiva) es uno de los pocos programas sobre parentalidad en el mundo que se basa en evidencia e investigaciones empíricas que respaldan su eficacia[10]. Son más de 35 años de investigación internacional extensa que respaldan al programa, con más de 280 artículos de evaluación, incluyendo 146 pruebas controladas aleatorias que demuestran que Triple P es eficaz con la mayoría de las familias provenientes de diversas culturas, de distintos grupos socioeconómicos y con diferentes estructuras familiares.

Los efectos positivos de programas como Triple P pueden observarse en una amplia gama de resultados, incluyendo las medidas sociales, emocionales y conductuales de los niños[10]. Estos programas basados en evidencia ofrecen a los padres herramientas concretas para implementar prácticas de crianza positiva, fomentando el desarrollo saludable de los niños/as y fortaleciendo las relaciones familiares mediante técnicas respaldadas científicamente.

Crianza respetuosa y su evolución histórica

La crianza respetuosa tiene sus raíces en enfoques filosóficos y psicológicos que promueven la comprensión y el respeto hacia el niño/a como individuo[11]. Esta aproximación ha ganado popularidad en gran medida gracias a autores y psicólogos como Janet Lansbury y Alfie Kohn, quienes promueven el reconocimiento de que los niños tienen su propia manera de ver y experimentar el mundo.

El concepto de crianza respetuosa comenzó a desarrollarse con el filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVIII, quien en su obra «Émile, ou De l’éducation» sostenía que la educación debía respetar la naturaleza y el ritmo individual de cada niño/a[11]. Esta visión contrastaba radicalmente con la concepción predominante en la época, que veía a los niños/as como «adultos en miniatura» sin necesidades específicas diferenciadas.

La concepción de la infancia como una etapa de desarrollo importante, con necesidades únicas y digna de atención, no siempre fue común[11]. Hasta bien entrada la Edad Media, los niños eran a menudo vistos como versiones incompletas de adultos, y la crianza se centraba en disciplinarlos para que cumplieran con roles establecidos desde edades tempranas, una visión que incluso hoy no ha sido completamente superada en algunos contextos culturales.

El rol transformador de la inteligencia artificial en la crianza contemporánea

Nuevas herramientas y oportunidades para padres modernos

La Inteligencia Artificial está transformando radicalmente la manera en que los padres y tutores pueden apoyar el desarrollo y bienestar de sus hijos/as[12]. Desde la gestión eficiente del tiempo hasta la supervisión personalizada del aprendizaje, la IA ofrece una variedad de herramientas que hacen que el acompañamiento de los hijos/as sea más efectivo, permitiendo a los padres enfocarse en los aspectos más significativos de la crianza mientras optimizan sus recursos y energía.

Las aplicaciones prácticas de la IA en el ámbito de la crianza son diversas y cada vez más sofisticadas. En el área de organización y gestión del tiempo, la IA ofrece aplicaciones y herramientas que ayudan a los padres a organizar y gestionar su tiempo de manera más eficiente[12]. Desde calendarios inteligentes hasta sistemas de planificación familiar, estas tecnologías pueden coordinar las agendas de múltiples miembros de la familia, asegurando que todas las actividades se puedan realizar e identificando espacios para el acompañamiento en los procesos de aprendizaje.

La supervisión del aprendizaje y el desarrollo representa otra área donde la IA está generando un impacto significativo. Con estas tecnologías, los padres pueden monitorizar el progreso académico y el desarrollo personal de sus hijos/as de manera efectiva[12]. Plataformas educativas impulsadas por IA proporcionan informes detallados sobre el rendimiento escolar, identifican áreas de fortaleza y debilidad, y recomiendan recursos y actividades adicionales para apoyar el aprendizaje continuo, permitiendo una educación más personalizada y adaptada a las necesidades específicas de cada niño.

En el ámbito de la asistencia en tareas y estudios, la IA ofrece herramientas que pueden ayudar a los hijos/as a abordar desafíos académicos de forma acompañada[12]. Desde chatbots de tutoría hasta aplicaciones de práctica adaptativa, estas soluciones proporcionan apoyo personalizado y orientación en una variedad de temas y asignaturas, complementando la labor educativa de padres y profesores con recursos especializados disponibles en cualquier momento.

El caso de mypsi i.a.(MIA): apoyo integral para la salud mental familiar

Mypsi i.a. (MIA) representa un avance significativo en la aplicación de la inteligencia artificial al ámbito de la salud mental y el bienestar familiar[13][14]. Esta plataforma, desarrollada en Chile, se despliega como un chat que, a través de conversaciones en lenguaje natural, ayuda, orienta, sugiere y educa en torno a la salud mental, entregando herramientas que favorecen el bienestar de todos los miembros de la familia, incluidos padres e hijos/as.

El desarrollo de mypsi i.a. (MIA) está enfocado en derribar las barreras de acceso a espacios de Salud Mental y Bienestar para todos/as, respondiendo a la conciencia de las dificultades que tienen miles de personas para acceder a tratamientos psicoterapéuticos eficaces y de calidad[13]. Esta democratización del acceso a recursos de salud mental resulta particularmente valiosa para padres que enfrentan los desafíos emocionales asociados a la crianza y buscan orientación profesional accesible.

La plataforma ofrece asistencia mypsi i.a. ilimitada 24/7, garantizando que los padres puedan recibir apoyo en cualquier momento que lo necesiten, incluso durante situaciones de crisis nocturnas o momentos de incertidumbre que requieren orientación inmediata[14]. Esta disponibilidad constante contrasta con la limitación horaria de los servicios tradicionales y representa un recurso invaluable para familias con horarios complejos o situaciones que demandan atención inmediata.

Uno de los aspectos más innovadores de mypsi i.a. es su modelo de psicoterapia híbrida, que combina la atención profesional de psicólogos con el soporte de IA entre sesiones[14]. Este enfoque maximiza la eficiencia y reduce los costos hasta en un 80%, haciendo que la atención psicológica sea más accesible para familias de diversos estratos socioeconómicos. El modelo híbrido logra un máximo de eficiencia al disminuir los costos de procesos psicoterapéuticos y maximizar el tiempo con un acceso permanente, representando una evolución significativa en la atención de salud mental.

La plataforma está diseñada para mantener una escucha activa y sensible a las emociones que están experimentando los usuarios, lo que le permite orientar siempre la conversación hacia el bienestar de manera personalizada[14]. Esta capacidad de adaptación resulta especialmente valiosa en el contexto de la crianza, donde cada familia enfrenta desafíos únicos que requieren aproximaciones personalizadas más allá de consejos genéricos.

Conclusión: Hacia un nuevo paradigma de crianza apoyado por tecnología

La evolución de los modelos de crianza a lo largo de la historia muestra un progresivo reconocimiento de la complejidad del desarrollo infantil y de la importancia de combinar adecuadamente afecto, comunicación y establecimiento de límites claros. Desde las primeras aproximaciones centradas únicamente en el control y la disciplina, hemos avanzado hacia modelos más integrales que reconocen al niño como un sujeto activo con necesidades específicas y derechos propios.

La evidencia científica actual respalda firmemente los beneficios del estilo parental democrático y de enfoques como la parentalidad positiva y la crianza respetuosa. Estos modelos, al equilibrar adecuadamente el afecto con los límites necesarios, promueven un desarrollo psicológico más saludable, mayor autonomía y mejores habilidades sociales en los niños/as, preparándonos mejor para los desafíos de la vida adulta.

En este contexto evolutivo, la inteligencia artificial emerge como una herramienta transformadora que puede apoyar significativamente a los padres en su compleja tarea. Plataformas como mypsi i.a. (MIA) representan la vanguardia de esta integración entre la psicología del desarrollo y la tecnología, ofreciendo recursos personalizados, accesibles y basados en evidencia que complementan y potencian las capacidades parentales naturales.

El futuro de la crianza parece dirigirse hacia un modelo híbrido donde la calidez humana se combina con la eficiencia tecnológica, permitiendo a los padres acceder a recursos, información y apoyo emocional en tiempo real. Esta sinergia entre lo humano y lo tecnológico promueve democratizar el acceso a modelos de crianza saludables, proporcionando a todas las familias, independientemente de su contexto socioeconómico o ubicación geográfica, las herramientas necesarias para fomentar el desarrollo óptimo de las nuevas generaciones.

  1. https://blogs.udima.es/psicologia/el-origen-de-los-estudios-sobre-crianza/     
  2. https://diazatienza.es/revista/numero4/Apego.pdf    
  3. https://insights.gostudent.org/es/diana-baumnrind-teoria-estilos-de-crianza    
  4. https://www.unobravo.com/es/blog/estilos-de-crianza      
  5. https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/icsa/n6/e3.html   
  6. https://www.topia.com.ar/articulos/crianza-historia-y-memoria   
  7. https://www.semanticscholar.org/paper/d662d57b1ea3515d6845ba6aad782c5fe8b6eb17  
  8. https://www.revistadepsicologiayeducacion.es/pdf/215.pdf     
  9. https://www.ucchristus.cl/blog-salud-uc/articulos/2022/parentalidad-positiva-una-crianza-más-consciente  
  10. https://www.triplep-crianza.com/la-es/sobre-triple-p/funciona/la-evidencia/   
  11. https://www.neurocupa.com/crianza-respetuosa-concepto-base-y-reflexiones/    
  12. https://megaprofe.es/como-la-ia-facilita-la-vida-a-madres-y-padres/     
  13. https://mypsi.cl   
  14. https://app.mypsi.cl/content-restricted/     
  15. https://www.semanticscholar.org/paper/4232c4cb541bce7e745ada9a9c372ebd7622cce6 
  16. https://www.toolify.ai/es/category/parenting 
  17. https://www.semanticscholar.org/paper/cf4dc38fdd8c15b3faebf8cd8a918d58fb171014 
  18. https://www.semanticscholar.org/paper/5c685c19e2fd869eee1062ae8d5c7dc8143a12ab 
  19. https://www.semanticscholar.org/paper/ff7f2a3d3a5ef0fd315b40c3f7937580ca1c0be6 
  20. https://www.semanticscholar.org/paper/1aae9a2319685e9ab7ed5d3b4870216ce13540fa 

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