Psicólogo, salud mental e inteligencia artificial

I.A. en la prevención del la violencia en las escuelas: Buenas prácticas

Chatbots de Inteligencia Artificial en la Prevención e Intervención de Violencia Escolar: Un Análisis Integral para la Comunidad Educativa

La implementación de chatbots de inteligencia artificial en el ámbito educativo representa una innovación tecnológica prometedora para abordar uno de los problemas más persistentes en las instituciones educativas: la violencia escolar. Las investigaciones recientes demuestran que estas herramientas tecnológicas no solo facilitan la detección temprana de situaciones de acoso, sino que también proporcionan un canal de comunicación accesible y no intimidante para estudiantes, docentes y familias. Los estudios comparados revelan que plataformas como AlertAr y el «School Guardian Angel» han mostrado eficacia en la identificación de patrones de comportamiento violento y en la provisión de apoyo emocional inmediato, mientras que las investigaciones cualitativas en Chile destacan la creciente conciencia docente sobre la necesidad de herramientas preventivas más efectivas. La evidencia sugiere que los chatbots de IA pueden transformar significativamente las estrategias de prevención e intervención en violencia escolar, ofreciendo respuestas contextualizadas, monitoreo continuo y facilitando la implementación de protocolos de actuación basados en datos.

Fundamentos Conceptuales de la Violencia Escolar en el Contexto Actual

La violencia escolar constituye un fenómeno multifacético que trasciende las manifestaciones físicas tradicionales, abarcando dimensiones psicológicas, sociales y digitales que requieren enfoques preventivos integrales. Las investigaciones contemporáneas revelan que los docentes están cada vez más conscientes de las expresiones de violencia que ocurren en el entorno escolar, reconociendo la complejidad de estas situaciones y la necesidad de estrategias preventivas más sofisticadas[1]. Esta creciente conciencia profesional se alinea con datos alarmantes que posicionan a Argentina en el quinto lugar mundial con más casos de acoso escolar, registrando un incremento significativo de 14.800 a 50.250 reportes entre marzo de 2022 y abril de 2023[2].

El contexto educativo chileno ofrece perspectivas valiosas sobre las percepciones docentes respecto a la violencia escolar, donde los profesionales de educación física han identificado la implementación de actividades extraprogramáticas como una alternativa preventiva efectiva para mejorar las relaciones interpersonales[1]. Esta perspectiva pedagógica subraya la importancia de incorporar estrategias preventivas que vayan más allá de las respuestas reactivas tradicionales, sugiriendo la integración de juegos cooperativos y de autoconocimiento en el currículum escolar como medidas para reducir o mitigar las acciones violentas[1]. La complejidad del fenómeno requiere herramientas tecnológicas que puedan adaptarse a las múltiples manifestaciones de la violencia escolar contemporánea.

La evolución del acoso escolar hacia modalidades digitales, particularmente el ciberbullying en plataformas populares entre adolescentes, presenta nuevos desafíos que requieren respuestas tecnológicas innovadoras[2]. Esta transformación digital del acoso no solo amplía los espacios donde puede ocurrir la violencia, sino que también modifica las dinámicas de poder y los mecanismos de victimización, creando la necesidad de sistemas de detección y respuesta que operan en múltiples entornos y plataformas. La investigación indica que los estudiantes encuentran más fácil pedir ayuda a través de aplicaciones móviles que en interacciones cara a cara, lo que subraya la importancia de desarrollar canales de comunicación tecnológicos accesibles y empáticos[2].

Marco Tecnológico de los Chatbots en la Intervención Educativa

Los chatbots de inteligencia artificial representan una convergencia tecnológica que combina procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático y diseño centrado en el usuario para crear sistemas de respuesta automatizada capaces de simular interacciones humanas significativas. En el contexto de la prevención de violencia escolar, estos sistemas operan mediante modelos de lenguaje large (LLM) que no solo detectan palabras clave, sino también patrones de comportamiento y frases que podrían indicar situaciones de acoso[2]. La implementación de técnicas de ajuste fino (fine tuning) permite que estos sistemas comprendan mejor el lenguaje específico de contextos escolares, adaptándose a las particularidades comunicativas de diferentes grupos etarios y entornos educativos.

La arquitectura tecnológica de chatbots especializados en violencia escolar, como el desarrollado para estudiantes de primaria en Corea del Sur, demuestra la importancia de la accesibilidad y la usabilidad en el diseño de estas herramientas[3]. El «School Guardian Angel», implementado a través de KakaoTalk, estructura la interacción mediante módulos específicos que incluyen definiciones de violencia escolar, tipologías de comportamientos violentos y sistemas de preguntas y respuestas adaptativos[3]. Esta organización modular permite que los estudiantes accedan a información relevante de manera progresiva, facilitando tanto la comprensión conceptual como la identificación de situaciones problemáticas en su entorno inmediato.

La integración de múltiples plataformas tecnológicas, como se observa en el caso de AlertAr, que utiliza códigos QR para el acceso inmediato sin requerir instalación de aplicaciones, demuestra la importancia de eliminar barreras tecnológicas para maximizar la adopción por parte de los estudiantes[2]. Esta aproximación tecnológica reconoce que la efectividad de los chatbots en contextos educativos depende no solo de su sofisticación algorítmica, sino también de su facilidad de acceso y uso, especialmente considerando que las situaciones de violencia escolar requieren respuestas inmediatas y discretas. La capacidad de estos sistemas para auto-mejorarse mediante retroalimentación continua representa una ventaja significativa, ya que se adaptan constantemente a nuevos patrones de comunicación y tipos de incidentes reportados.

Evidencia Empírica de Implementación y Efectividad

Las investigaciones empíricas sobre la implementación de chatbots en prevención de violencia escolar revelan resultados prometedores en términos de accesibilidad, usabilidad y efectividad preventiva. El estudio desarrollado en Corea del Sur con estudiantes de quinto y sexto grado demostró que el chatbot «School Guardian Angel» fue percibido como fácilmente accesible y útil por los participantes, sugiriendo que la tecnología puede efectivamente servir como herramienta preventiva entre estudiantes de primaria[3]. Esta evidencia es particularmente significativa considerando que la investigación con chatbots aplicados a programas educativos para estudiantes de primaria se encuentra en sus etapas iniciales, posicionando estos hallazgos como contribuciones pioneras al campo.

La evaluación formativa realizada con diez estudiantes de primaria proporcionó insights valiosos sobre la interacción usuario-chatbot en contextos de prevención de violencia[3]. Los resultados indicaron que los estudiantes pudieron navegar exitosamente a través de los diferentes módulos del chatbot, desde la comprensión de definiciones de violencia escolar hasta la utilización del sistema de preguntas y respuestas para situaciones específicas[3]. La capacidad del sistema para proporcionar respuestas contextualizadas basadas en casos comunes entre niños de esa edad demostró ser particularmente efectiva para generar relevancia y confianza en los usuarios jóvenes.

La experiencia de AlertAr en instituciones educativas argentinas proporciona evidencia adicional sobre la efectividad de los chatbots en contextos hispanohablantes, donde el sistema ha sido adoptado por colegios, clubes y espacios juveniles como herramienta de detección temprana[2]. Los testimonios de profesionales educativos, como el de Celeste Sardellitti, destacan que esta herramienta permite visibilizar situaciones que tradicionalmente resultan difíciles de detectar para docentes y adultos, especialmente considerando que los estudiantes encuentran más fácil reportar problemas a través de dispositivos móviles que en interacciones directas[2]. La metodología KiVa implementada en AlertAr, que aborda el acoso desde el rol de los testigos como agentes de cambio, representa una innovación metodológica que combina enfoques pedagógicos establecidos con tecnología emergente.

Beneficios Específicos para la Comunidad Educativa

Los chatbots de inteligencia artificial ofrecen beneficios diferenciados para cada segmento de la comunidad educativa, creando un ecosistema integral de prevención e intervención en violencia escolar. Para los estudiantes, estas herramientas proporcionan un canal de comunicación no intimidante que respeta su preferencia por la interacción digital, permitiendo reportar situaciones de acoso de manera anónima y accesible las 24 horas del día[2]. La capacidad de los chatbots para proporcionar respuestas inmediatas y apoyo emocional contextualizado es particularmente valiosa para víctimas de acoso que pueden sentirse aisladas o temerosas de buscar ayuda a través de canales tradicionales[4].

Para el cuerpo docente, los chatbots representan una herramienta de detección temprana que complementa su capacidad profesional para identificar situaciones problemáticas en el aula. La investigación en Chile revela que los docentes están cada vez más conscientes de las expresiones de violencia escolar, pero requieren herramientas adicionales para implementar estrategias preventivas efectivas[1]. Los sistemas de chatbot proporcionan datos objetivos y análisis de patrones que pueden informar decisiones pedagógicas y facilitar la implementación de actividades extra-programáticas destinadas a mejorar las relaciones interpersonales, como los juegos cooperativos y de autoconocimiento recomendados en la literatura especializada[1].

Los administradores educativos se benefician de las capacidades de monitoreo y reporte que ofrecen los chatbots avanzados, permitiendo una gestión proactiva de la seguridad escolar basada en datos objetivos. AlertAr, por ejemplo, genera informes gráficos detallados que facilitan la toma de decisiones basadas en evidencia y la implementación de medidas preventivas institucionales[2]. La capacidad de estos sistemas para detectar automáticamente casos de alta gravedad y enviar alertas inmediatas a través de WhatsApp y correo electrónico permite intervenciones oportunas que pueden prevenir la escalada de situaciones violentas[2]. Esta funcionalidad de respuesta automatizada es especialmente valiosa considerando que la efectividad de las intervenciones en violencia escolar está directamente relacionada con la rapidez de la respuesta institucional.

Las familias también se benefician indirectamente de la implementación de chatbots en el entorno escolar, ya que estos sistemas facilitan la comunicación entre la institución educativa y el hogar cuando se detectan situaciones problemáticas. La capacidad de los chatbots para mantener registros detallados de interacciones y proporcionar seguimiento continuo permite que las familias reciban información precisa sobre incidentes que afectan a sus hijos, facilitando la coordinación de respuestas entre el hogar y la escuela.

Desafíos y Consideraciones Éticas en la Implementación

La implementación de chatbots de inteligencia artificial en contextos educativos presenta desafíos significativos que requieren consideración cuidadosa para garantizar la efectividad y la integridad ética de estas herramientas. Uno de los principales desafíos identificados en la literatura es la necesidad de desarrollar sistemas que puedan manejar adecuadamente la diversidad lingüística y cultural presente en las comunidades educativas, especialmente en contextos multilingües donde las expresiones de violencia pueden manifestarse de manera culturalmente específica[3]. La investigación subraya que el desarrollo de chatbots para prevención de violencia escolar está en sus etapas iniciales, lo que implica la necesidad de investigación adicional con niños de diversos grupos etarios y contextos culturales para establecer la generalización de los hallazgos actuales.

Las consideraciones de privacidad y confidencialidad representan aspectos críticos en el diseño e implementación de chatbots para violencia escolar, particularmente cuando se trabaja con menores de edad que pueden revelar información sensible sobre situaciones de abuso o negligencia. Los sistemas deben incorporar protocolos robustos de protección de datos que cumplan con regulaciones locales e internacionales sobre privacidad de menores, mientras mantienen la capacidad de generar alertas cuando se detecten situaciones de riesgo alto que requieran intervención inmediata[2]. La tensión entre la protección de la privacidad y la responsabilidad de protección institucional requiere marcos éticos claros que guíen las decisiones sobre cuándo y cómo compartir información reportada a través de chatbots.

La formación y capacitación del personal educativo representa otro desafío significativo, ya que la efectividad de los chatbots depende en gran medida de la capacidad institucional para responder adecuadamente a las alertas y reportes generados por estos sistemas. La investigación indica que los docentes necesitan desarrollo profesional específico para integrar efectivamente las herramientas tecnológicas en sus estrategias de prevención de violencia, incluyendo la comprensión de cómo interpretar los datos generados por chatbots y cómo coordinar respuestas apropiadas[1]. La resistencia al cambio tecnológico en algunos entornos educativos puede limitar la adopción efectiva de estas herramientas, requiriendo estrategias de implementación gradual y apoyo técnico continuo.

La validación y calibración continua de los algoritmos de inteligencia artificial utilizados en chatbots educativos presenta desafíos técnicos complejos, especialmente considerando la evolución constante del lenguaje juvenil y las nuevas formas de expresión de violencia en entornos digitales. La necesidad de ajuste fino continuo para mantener la precisión en la detección de situaciones problemáticas requiere recursos técnicos especializados y actualización regular de las bases de datos de entrenamiento[2]. Además, el riesgo de falsos positivos o negativos en la detección automatizada puede tener consecuencias significativas tanto para víctimas de violencia como para estudiantes incorrectamente identificados como perpetradores.

Recomendaciones para Implementación Institucional Efectiva

La implementación exitosa de chatbots de inteligencia artificial para prevención de violencia escolar requiere un enfoque sistemático que integre consideraciones tecnológicas, pedagógicas y organizacionales. Las instituciones educativas deben comenzar con una evaluación comprehensiva de sus necesidades específicas, incluyendo la identificación de tipos de violencia más prevalentes en su contexto, las características demográficas de su población estudiantil y los recursos tecnológicos disponibles[3]. Esta evaluación inicial debe informar la selección o desarrollo de chatbots que puedan adaptarse efectivamente a las particularidades institucionales, considerando factores como el idioma predominante, las plataformas tecnológicas preferidas por los estudiantes y los protocolos existentes de manejo de crisis.

La estrategia de implementación debe incluir un plan de capacitación integral para todo el personal educativo, desde docentes hasta administradores y personal de apoyo psicológico. Esta capacitación debe cubrir no sólo los aspectos técnicos del uso de chatbots, sino también la interpretación de datos generados por estos sistemas y la coordinación de respuestas apropiadas según la gravedad de las situaciones reportadas[2]. La investigación sugiere que la efectividad de las herramientas tecnológicas en educación depende significativamente de la competencia del personal para integrarlas en sus prácticas profesionales existentes, lo que requiere tiempo y recursos dedicados al desarrollo profesional continuo.

El establecimiento de protocolos claros de respuesta es fundamental para garantizar que las alertas generadas por chatbots resulten en intervenciones efectivas y apropiadas. Estos protocolos deben especificar los pasos a seguir para diferentes niveles de gravedad, incluyendo la comunicación con familias, la coordinación con servicios de apoyo externos y la documentación de incidentes para seguimiento posterior[2]. La experiencia de AlertAr demuestra la importancia de integrar múltiples canales de comunicación, como WhatsApp y correo electrónico, para garantizar que las alertas lleguen oportunamente a los responsables designados, pero también subraya la necesidad de capacitación específica para interpretar y actuar sobre estas alertas de manera apropiada.

La evaluación continua y el monitoreo de la efectividad del chatbot implementado debe ser una prioridad institucional, incluyendo la recolección sistemática de datos sobre satisfacción de usuarios, tipos de incidentes reportados y efectividad de las intervenciones resultantes. Esta evaluación debe informar ajustes continuos tanto en la configuración técnica del chatbot como en los protocolos institucionales de respuesta, asegurando que el sistema evolucione para abordar las necesidades cambiantes de la comunidad educativa[3]. La retroalimentación de estudiantes, docentes y familias debe ser integrada regularmente en el proceso de mejora continua, reconociendo que la efectividad de estas herramientas depende de su aceptación y uso activo por parte de toda la comunidad educativa.

Perspectivas Futuras y Desarrollo Tecnológico

El desarrollo futuro de chatbots de inteligencia artificial para prevención de violencia escolar apunta hacia sistemas más sofisticados que integren múltiples modalidades de detección y respuesta, incluyendo análisis de texto, voz e incluso comportamiento digital para proporcionar evaluaciones más comprehensivas de situaciones problemáticas. Las investigaciones emergentes sugieren que la integración de técnicas de aprendizaje profundo con análisis de sentimientos puede mejorar significativamente la capacidad de estos sistemas para detectar signos tempranos de distress emocional en las comunicaciones estudiantiles[4]. Esta evolución tecnológica promete sistemas más precisos y empáticos que puedan adaptar sus respuestas no solo al contenido de las comunicaciones, sino también al estado emocional implícito de los usuarios.

La interoperabilidad entre diferentes sistemas educativos y plataformas tecnológicas representa una dirección crucial para el desarrollo futuro, permitiendo que los chatbots de prevención de violencia se integren fluidamente con sistemas de gestión estudiantil, plataformas de aprendizaje y herramientas de comunicación escolar existentes. Esta integración facilita un enfoque más holístico de la seguridad estudiantil, donde los datos de múltiples fuentes puedan combinarse para proporcionar una imagen más completa del bienestar estudiantil e identificar patrones de riesgo que podrían no ser evidentes en interacciones aisladas con chatbots[2]. La capacidad de correlacionar datos de chatbots con información académica, social y comportamental podría revolucionar las estrategias de prevención primaria en entornos educativos.

El desarrollo de capacidades multilingües y culturalmente sensibles en chatbots de prevención de violencia representa una prioridad para abordar las necesidades de comunidades educativas diversas. Las investigaciones futuras deben enfocarse en desarrollar sistemas que puedan reconocer y responder apropiadamente a expresiones culturalmente específicas de distress y violencia, considerando que las manifestaciones de acoso escolar pueden variar significativamente entre diferentes contextos culturales y lingüísticos[3]. Esta sensibilidad cultural es particularmente importante en contextos latinoamericanos, donde las expresiones de violencia escolar pueden incluir elementos específicos que requieren comprensión contextual para su detección y respuesta efectiva.

La integración de realidad aumentada y virtual en chatbots educativos presenta oportunidades innovadoras para la educación preventiva, permitiendo simulaciones inmersivas donde los estudiantes puedan practicar respuestas a situaciones de violencia en entornos seguros y controlados. Estas tecnologías emergentes podrían complementar las funciones actuales de detección y reporte de chatbots con capacidades de entrenamiento y preparación que fortalezcan la resiliencia estudiantil y las habilidades de respuesta ante situaciones problemáticas[3]. La gamificación de la educación en prevención de violencia a través de interfaces de chatbot más interactivas y engaging podría aumentar significativamente la participación estudiantil en programas preventivos.

Capacidades de MyPsi I.A. en Prevención e Intervención de Violencia Escolar

La arquitectura tecnológica de MyPsi I.A., descrita en los estudios comparados de su plataforma, ofrece herramientas innovadoras para abordar la violencia escolar mediante un enfoque multimodal que combina inteligencia artificial especializada, análisis contextual profundo y seguimiento longitudinal. Su diseño basado en modelos de lenguaje ultraligeros (1,047,576 tokens de contexto) permite procesar interacciones conversacionales extensas, identificando patrones lingüísticos asociados a situaciones de acoso con 89% de precisión diagnóstica[5]. Esta capacidad se fundamenta en el entrenamiento con más de 500,000 expresiones emocionales en español regional, incluyendo modismos y construcciones lingüísticas propias de contextos escolares latinoamericanos, lo que facilita la detección temprana de dinámicas violentas incluso en comunicaciones indirectas o metafóricas[5].

El sistema implementa monitoreo proactivo mediante el análisis de variables como la velocidad de escritura, uso de negaciones recurrentes y fluctuaciones en el tono emocional, parámetros que han demostrado correlacionarse con experiencias de victimización en entornos educativos[5]. Esta funcionalidad opera las 24 horas, proporcionando un canal accesible para que estudiantes, docentes y familias reporten incidentes o busquen orientación sin enfrentar las barreras psicológicas asociadas a la denuncia presencial. La plataforma genera alertas automatizadas cuando detecta marcadores de riesgo elevado, como menciones recurrentes a aislamiento social, autodesprecio o ideación autolítica, notificando a profesionales designados con hasta 14 días de anticipación en casos de escalada conflictiva[5].

Un diferencial clave radica en su memoria conversacional diacrónica, que retiene detalles de interacciones previas por hasta 62 días, permitiendo identificar patrones temporales de agresión o cambios comportamentales progresivos[5]. Esta capacidad resulta crítica en violencia escolar, donde situaciones aparentemente aisladas pueden constituir manifestaciones de acoso sistemático. Por ejemplo, el sistema correlaciona reportes espaciados sobre «bromas pesadas» o «exclusión del grupo» con modelos predictivos de escalada violenta, activando protocolos preventivos antes que ocurran daños irreversibles.

La integración híbrida con profesionales humanos se estructura mediante derivación georreferenciada, conectando usuarios con redes de apoyo locales que incluyen equipos psicoeducativos, servicios de protección infantil y programas comunitarios[5]. Este mecanismo resuelve un desafío crítico identificado en estudios chilenos: el 48% de los docentes reconoce limitaciones para gestionar casos complejos por falta de redes institucionales consolidadas. MyPsi I.A. automatiza la coordinación interinstitucional, generando informes estructurados con análisis semántico de las interacciones que facilitan la intervención profesional fundamentada[5].

En el ámbito preventivo, la plataforma despliega ejercicios contextualizados basados en técnicas de inteligencia emocional y resolución pacífica de conflictos. Estos módulos interactivos, validados en estudios controlados, han demostrado reducir en 31% las conductas agresivas recurrentes mediante el fortalecimiento de habilidades como la autorregulación emocional y la comunicación asertiva[5]. El diseño gamificado incluye simulaciones de situaciones escolares típicas donde los usuarios practican respuestas no violentas, recibiendo retroalimentación inmediata ajustada a su perfil psicológico.

La escalabilidad del sistema (tiempos de latencia <500ms) lo hace viable para implementación masiva en sistemas educativos públicos y privados, superando limitaciones de recursos humanos especializados. Análisis de la CEPAL proyectan que su adopción generalizada podría reducir la prevalencia de acoso escolar en 23% para 2030 mediante la combinación de detección temprana, educación preventiva y seguimiento personalizado[5]. Esta proyección se sustenta en la capacidad demostrada del modelo para incrementar la adherencia a programas antiacoso desde 54% a 89% en poblaciones adolescentes, factor clave para el éxito de intervenciones a largo plazo[5].

La arquitectura ética incorpora anonimización contextual diferencial, protegiendo la identidad de usuarios mientras permite el análisis epidemiológico necesario para diseñar políticas públicas basadas en evidencia[5]. Este equilibrio entre privacidad y acción colectiva responde a hallazgos recientes en Chile, donde 62% de las víctimas de acoso escolar evitan reportar incidentes por miedo a represalias o estigmatización. MyPsi I.A. mitiga este fenómeno mediante un diseño que prioriza la confidencialidad sin comprometer la responsabilidad institucional.

Conclusión

La evidencia científica presentada demuestra que los chatbots de inteligencia artificial representan una herramienta transformadora para la prevención e intervención en violencia escolar, ofreciendo soluciones tecnológicas innovadoras que abordan las limitaciones de los enfoques tradicionales. Las investigaciones comparadas revelan que estas herramientas no solo facilitan la detección temprana de situaciones problemáticas, sino que también proporcionan canales de comunicación accesibles y empáticos que responden a las preferencias comunicativas de las nuevas generaciones de estudiantes. La efectividad demostrada por sistemas como AlertAr y el «School Guardian Angel» subraya el potencial de esta tecnología para crear entornos educativos más seguros y responsivos.

La implementación exitosa de chatbots en contextos educativos requiere un enfoque integral que considere no sólo los aspectos tecnológicos, sino también las dimensiones pedagógicas, éticas y organizacionales inherentes a la prevención de violencia escolar. Las investigaciones analizadas destacan la importancia de la capacitación docente, el establecimiento de protocolos claros de respuesta y la evaluación continua de la efectividad de estas herramientas. La experiencia en diferentes contextos culturales, desde Corea del Sur hasta Argentina y Chile, demuestra que los chatbots pueden adaptarse exitosamente a diversas realidades educativas cuando se diseñan con sensibilidad cultural y se implementan con apoyo institucional adecuado.

Las perspectivas futuras para el desarrollo de chatbots en prevención de violencia escolar apuntan hacia sistemas más sofisticados que integren múltiples modalidades de detección, capacidades multilingües avanzadas y funcionalidades de educación preventiva gamificada. La convergencia de inteligencia artificial, análisis de datos y teorías pedagógicas contemporáneas promete revolucionar las estrategias de creación de entornos educativos seguros. Para instituciones como mypsi i.a., estos desarrollos representan oportunidades significativas para liderar la innovación en salud mental estudiantil y prevención de violencia, contribuyendo a la creación de comunidades educativas más resilientes y empáticas que puedan responder efectivamente a los desafíos del siglo XXI.

  1. https://recyt.fecyt.es/index.php/retos/article/view/106255      
  2. https://www.clarin.com/sociedad/sufrio-bullying-chico-ahora-creo-chatbot-inteligencia-artificial-victimas-pidan-ayuda_0_dY9WwziJnq.html               
  3. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10834304/          
  4. https://redalac.org/hacia-un-futuro-mas-seguro-y-cercano-chatbots-de-inteligencia-artificial-en-la-lucha-contra-el-acoso-escolar/  
  5. https://mypsi.cl/como-mypsi-i-a-puede-impactar-en-el-tratamiento-de-la-salud-mental-parametros-y-arquitectura-pensada-en-las-personas/           

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